El presbítero Jaime Ortiz de Lazcano Piquer nació en Pamplona, España, el 9 de agosto de 1969. El 25 de abril de 1999 fue ordenado sacerdote en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, por la imposición de manos del Papa Juan Pablo II. Es Licenciado en Filosofía, Teología Bíblica y Derecho Canónico. Es sacerdote diocesano incardinado en Roma e integrante del Camino Neocatecumenal. En la arquidiócesis de Santiago fue párroco de los Santos Apóstoles, en Recoleta, durante los últimos 16 años. Fue juez del Tribunal Interdiocesano y entre 2008 y 2011 se desempeñó como Presidente del Tribunal Nacional Eclesiástico de Apelación, de la Conferencia Episcopal de Chile. Desde 2011 hasta la actualidad se desempeñaba como vicario judicial del Arzobispado de Santiago.
Rol del administrador apostólico y sedes vacantes
Un administrador apostólico es un obispo o un presbítero nombrado por el Papa para administrar una diócesis que se encuentra en situación de sede vacante, es decir, sin su obispo o arzobispo residencial.
En estos dos casos particulares, se trata de nombramientos para sedes vacantes “a voluntad de la Santa Sede” (ad nutum Sanctae Sedis) y hasta que el Papa provea un nuevo obispo para el gobierno pastoral de las jurisdicciones.
El administrador apostólico goza de derechos y obligaciones semejantes a las del obispo residencial, con algunas excepciones que determina el Código de Derecho Canónico, y forman parte de la Conferencia Episcopal.
Con estos dos nombramientos, de las 27 jurisdicciones eclesiásticas, ocho de ellas se encuentran en situación de sede vacante y a cargo de administradores apostólicos: San Felipe, Valparaíso, Rancagua, Talca, Chillán, Valdivia, Osorno y Puerto Montt.